por Los biorritmos son patrones biológicos naturales que presentamos, con el fin de mantener el equilibrio y sincronización de nuestro organismo en función de los ciclos de luz-oscuridad. Entre estos ciclos se encuentra el sueño, un elemento fundamental para la importancia vital del descanso.
Con los primeros rayos de sol nuestro organismo comienza a activarse, produciendo hormonas como el cortisol o las catecolaminas, las cuales nos aumentan los niveles de glucosa en sangre para tener una fuente de energía rápida para nuestros músculos y cerebro, a la vez que elevan las concentraciones de Dopamina y Noradrenalina para activar nuestro sistema nervioso y encarar el día con fuerza y energía.
Conforme avanza el día y la luz solar va disminuyendo, se va favoreciendo la relajación de nuestro sistema nervioso que culmina con la producción de melatonina a nivel cerebral, la cual estimula la inducción del sueño para que podamos descansar de forma placentera y reparadora.
Estos biorritmos, los cuales mantienen el equilibrio en nuestro organismo, están gravemente alterados en la sociedad actual.
Estar constantemente conectados a aparatos móviles, recibir una incesante lluvia de información a través de una pantalla, exposición a luz artificial o tomar bebidas energéticas cargadas de cafeína está a la orden del día.
Todo este impacto sobre nuestro sistema nervioso a lo largo del día nos lleva a un estado de hiperexcitación que nos impide relajarnos, creando dificultad para conciliar el sueño o para mantenerlo. Es decir, una alteración de nuestros biorritmos.
Momentos en los que deberíamos estar expuestos a la luz solar, nos encontramos en un despacho trabajando con luz artificial o momentos en los que deberíamos estar relajados en nuestra casa con una luz tenue, estamos tomando una bebida rica en cafeína mientras vemos videos a través de una luminosa pantalla de móvil.
Todo ello favorece que nuestro sistema nervioso no se pueda relajar, la melatonina no actúe y nos acostemos a altas horas de la madrugada para despertarnos de forma artificial por un despertador, sin rayo de sol alguno y supliendo la falta de energía por café para activarnos, cuya tolerancia nos hará cada vez más dependientes al mismo, sufriendo de un cansancio extremo en los momentos de su ausencia.
Este círculo vicioso, donde el cansancio está presente durante las horas del día y la activación aparece en las horas cercanas de la noche, crea un estado de hiperexcitabilidad de nuestro sistema nervioso que concibe nuestro día a día como una situación de alarma y hostilidad, exponiéndonos a una constante liberación de cortisol, la hormona del estrés.
Una exposición constante al cortisol favorece un agotamiento de neurotransmisores como la dopamina o serotonina, precursora de la melatonina y encargada de producir una sensación de felicidad y bien estar, presentando un estado de cansancio crónico, apatía y depresión.
Además a nivel metabólico, el cortisol aumenta la glucosa en sangre a través de los aminoácidos presentes en nuestras estructuras proteicas como el pelo, uñas, piel o masa muscular, favoreciendo uñas quebradizas ,la caída prematura del cabello y un aspecto más envejecido.
Toda esta exposición constante a la glucosa, por parte del cortisol, puede favorecer hiperglucemias, aumento de nuestro tejido graso y, a la larga, enfermedades como la prediabetes.
Recuperar nuestros biorritmos para tener un adecuado descanso y, por lo tanto, equilibrio de nuestro organismo, es vital para disfrutar del día a día con salud.
Para ello, exponte a la luz solar, practica técnicas de relajación, aléjate de la luz artificial en las últimas horas del día y ayúdate de la suplementación para poder favorecer la relajación de nuestro sistema nervioso, así como conciliar y mantener ese sueño tan importante.
Suplementos como Hierbas de la Noche, formulado a partir de extractos de plantas con probados efectos relajantes, como la valeriana, el lúpulo, la pasiflora y la cimicífuga. Todas ellas combinados con magnesio y melatonina, lo convierten en el suplemento perfecto para antes de irse a dormir.
Magnesio bisglicinato, el cual desempeña un papel importante en el cerebro al controlar la excitabilidad de las neuronas. Los niveles bajos de magnesio pueden provocar una hiperexcitación neuronal y alterar el sueño.
Ansistop cuya combinación de GABA, principal neurotransmisor que inhibe la excitación neuronal de forma directa, junto con aminoácidos y vitaminas que actúan potenciando su efecto sedante y ansiolítico, favoreciendo la relajación y el sueño.
Ashwagandha, adaptógeno cuya acción sobre nuestro cerebro mejora la tolerancia a todas aquellas situaciones que percibimos como estresantes o negativas relajando el sistema nervioso central.
Además al reducir los niveles de cortisol favorece la recuperación física y mental, aumentando la sensación de haber tenido un sueño reparador y un mejor descanso nocturno.
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